Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales
Derrida al reflexionar sobre esta situación nos invita a sumergirnos en un mundo paradójico ya que entiende de manera contradictoria los conceptos acontecimiento y posibilidad.
Aún cuando el autor no nos propone en el texto1, una definición directa del concepto acontecimiento, si sugiere una serie de atributos que nos permiten aproximarnos a él. Para Derrida un acontecimiento es un evento extraordinario que supone sorpresa, exposición y que por su naturaleza es inanticipable.
Ahora, considerando estas características, Derrida se pregunta por la posibilidad de decir un acontecimiento. Para responderla, el pensador propone reflexionar sobre tres o cuatro situaciones, a saber: la confesión, el perdón, el don. Al examinarlas, nos muestra que las condiciones de su realización hacen de ellas acontecimientos imposibles.
Por ejemplo, en “el don”, Derrida plantea que en toda circunstancia éste se circunscribe como una relación de intercambio, ya que este acto genera el agradecimiento del que recibe, de aquí que para que el don ocurra es necesario que éste no sepa, ya que si lo hace entra en el círculo del agradecimiento y por tanto del intercambio, anulando el don.
Mas aún, es necesario que él que da, tampoco sepa que lo hace, ya que si lo sabe, él se dice: “sé que doné, se que hago un presente”. Por esto, para que el don ocurra es necesario que él que da, ni siquiera tenga consciencia de ello, ya que ese hecho anula el don.
Como vemos, para que el don ocurra es necesario que él que da no tenga consciencia de ello y él que recibe no sepa que recibe. Estas circunstancias hacen del don o acontecimiento un im-posible.
Siguiendo su razonamiento, solo la experiencia de lo imposible es lo que hace que el acontecimiento tenga lugar. Es sólo en esta forma paradójica del acontecimiento, que se crean las condiciones de posibilidad de su existencia.
Por ejemplo, el espacio de las relaciones familiares es un lugar en el que se da sin saber y el que recibe, no entra en el círculo del agradecimiento, es por tanto, en este espacio de cotidianiedad donde paradójicamente se da el acontecimiento.
En forma más general Derrida dice que: es dar lo que no se tiene sin saber de ello, perdonar lo imperdonable o confesar lo inconfesable.
1Derrida Jacques, Cierta posibilidad imposible de decir el acontecimiento. Seminario: «Decir el acontecimiento ¿es posible?», realizado en el Centro Canadiense de Arquitectura, el 1º de abril de 1977. Traducción de Julián Santos Guerrero. Edición digital de Derrida en castellano.