Sobre el Libro de las Máquinas en Erewhon

Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales


La novela Erewhon de Samuel Butler relata el viaje del protagonista a un lugar ficticio, aislado del mundo, cuya sociedad sigue sus propias reglas, muy distintas a las de la Inglaterra victoriana del protagonista. Una de las características de esta sociedad es su oposición a las máquinas, por el riesgo que estas conllevan. En Erewhon fueron destruidas las máquinas creadas en los 271 años antes de su prohibición.

El proceso y las razones para su destrucción son descritos en el Libro de las máquinas, que el protagonista traduce y deja disponible al lector en los capítulos 23 al 25 de la novela. Éste libro sigue la lógica argumentativa y el tono satírico de Erewhon, donde el autor critica la sociedad de su época.

Para comprender la prohibición de las máquinas, es necesario seguir la particular argumentación del autor del Libro de las máquinas y estar informado de las teorías de la evolución. En el centro de la argumentación del autor se encuentra la analogía entre la evolución de las plantas y animales, concluyendo en el ser humano, y lo que, según el, es una cierta evolución de las máquinas.

Su preocupación surge de que, si en el principio de la existencia del planeta no era posible imaginar la aparición de plantas y animales, cabría imaginar que en la actualidad la consciencia se esté desarrollando por nuevos cauces.

El autor se responde afirmativamente a esta preocupación y ve en las máquinas el germen de nuevas formas de conciencia. Al considerar las máquinas con conciencia potencial, vislumbra que éstas establecerán con el ser humano una relación de servidumbre, tal cual éste la ha establecido con los animales domésticos.

El propio autor responde algunas objeciones a la idea de este proceso evolutivo, como la imposibilidad de las máquinas de tener conciencia o reproducirse. A éstas, responde que, si la planta se pliega selectivamente ante un insecto y no a una gota de lluvia, tiene una cierta forma de conciencia, o que las máquinas que intervienen en la elaboración de máquinas expresan una forma de reproducción.

Concluyendo, aún cuando los argumentos y la lógica argumentativa es ingeniosa, el autor abusa trasladando analogías de un plano a otro en que las relaciones no son las mismas, y lo más importante es que atribuye implícitamente, además de conciencia, intencionalidad a las máquinas sin que éstas la hayan manifestado.