Hobbes y la condición natural del género humano

Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales


Thomas Hobbes, en su obra el Leviatán, plantea un contexto previo a la condición civil regulada por leyes, en la cual los seres humanos desarrollan su existencia. El autor sostiene que en este estado previo los hombres se desenvuelven de una forma particular, a la cual denomina la “condición natural del género humano” y que se describirá en las líneas siguientes.

Según Hobbes, la Naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales, en condiciones físicas y mentales, que no es posible distinguir entre ellos diferencias significativas, que le permitan a un hombre tomar ventaja sobre otro. Siguiendo el argumento hobbesiano, hasta el más débil de los seres humanos puede matar al más fuerte, ya sea a través de la astucia o uniéndose a otros para lograr este objetivo. La igualdad en el plano físico es acompañada de igualdad en las facultades mentales, ya que un aspecto decisivo en éstas es la prudencia, y la prudencia se encuentra al alcance de todos los hombres, a través de la experiencia.

Para Hobbes, de la igual capacidad de los hombres se deriva la igualdad de esperanza respecto a conseguir sus fines, los cuales asocia a la auto conservación. En opinión del autor, ésta es la causa de que dos hombres se conviertan en enemigos, ya que al querer una misma cosa que no puede ser disfrutada por ambos simultáneamente, quedan enfrentados y desconfiando el uno del otro.

De acuerdo a Hobbes, en la naturaleza humana existen tres causas principales de discordia: la competencia, la desconfianza y la búsqueda de gloria. Estas motivaciones, sin un poder que regule el comportamiento de los hombres, los impulsarán a una situación de conflicto permanente, de tal magnitud que será una guerra de todos contra todos. En la perspectiva hobbesiana, el estado de guerra es la modalidad predominante, ya que éste considera no sólo las batallas, sino que también el periodo en que los hombres se encuentran preparados y dispuestos a batallar.

En tiempos de guerra o en condiciones donde no hay más seguridad que la que la propia fuerza pueda proporcionar, no existe la posibilidad de realizar tareas productivas ya que no posible aprovechar su fruto. Así como tampoco hay condiciones para desarrollar actividades relacionadas con las artes y las letras. En estas condiciones, continúa Hobbes, existe un temor permanente y riesgo de muerte violenta, por lo cual “la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve”.