La habitación de John Searle.

Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales


En el ensayo Mente, cerebros y programas, John Searle se pregunta por la posibilidad de reproducir computacionalmente las capacidades cognitivas humanas. El autor plantea las dificultades de esto y expresa una forma de medirlo.

Searle comienza distinguiendo dos tipos de inteligencia artificial: fuerte y débil. La inteligencia artificial débil es el uso de computadores asistiendo a los seres humanos. A diferencia de la anterior, la inteligencia artificial fuerte es no sólo una herramienta, sino que con los programas adecuados, el computador puede comprender y tener conciencia. Respecto a la inteligencia artificial fuerte, Searle propone un ejercicio conocido como la habitación china.

Este ejercicio consiste en que una persona angloparlante, en una habitación cerrada, recibe un conjunto de ideogramas chinos e instrucciones en inglés, que le permiten responder adecuadamente en chino preguntas que le son formuladas en chino desde el exterior. Aunque la persona en la habitación no comprende el idioma chino, el material proporcionado contiene los elementos necesarios para que esta persona responda de manera correcta las preguntas que se le formulan.

Las respuestas proporcionadas por la persona de la habitación, le permitirían pasar por un hablante nativo del chino e incluso superar una prueba como la de Turing. Searle propone, a continuación, proporcionarle preguntas en inglés a la persona en la habitación. Como es natural, al responder en inglés, la persona responde adecuadamente estas nuevas preguntas.

De acuerdo a Searle, la diferencia entre ambas situaciones (responder en chino o inglés) es que la persona, cuando responde en inglés, comprende preguntas y respuestas, ya que es un hablante nativo del idioma. En cambio, cuando responde en chino, por muy bueno que sea su desempeño, realmente no comprende las preguntas ni las respuestas que proporciona, ya que sólo esta realizando una manipulación de símbolos formales.

Lo mismo ocurre en un computador, que tiene los datos y programas adecuados para simular la habilidad humana de expresarse a través del lenguaje, en chino o cualquier idioma. Aun cuando, este computador tenga la habilidad para expresarse adecuadamente a través del lenguaje natural, no comprende los símbolos que está manipulando. Según Searle, la intencionalidad que aparentemente tienen los computadores, sólo está en la mente de los programadores, y esto se puede probar por medio del ejercicio de la habitación china.