Intersubjetividad en Husserl: ¿Un concepto vigente?

Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales





Introducción

El pensamiento filosófico se ha planteado desde sus primeros días la existencia real del mundo que está afuera del que formula la pregunta. Desde los pensadores griegos las respuestas de variada índole, pero básicamente han oscilado entre dos polos: una actitud realista que otorga certificado de existencia al mundo externo y otra que considera que ese mundo no es independiente del sujeto.

Husserl, pensador alemán de principios del siglo XX, creador de la Fenomenología , resuelve dicho problema suspendiendo el juicio sobre esta cuestión, “poniéndolo entre paréntesis”. Sin embargo, es consciente en el desarrollo de la Fenomenología la debilidad que implica caer en el solipsismo.

Enfrentado a la reducción fenomenológica del yo que medita, Husserl advierte el riesgo de caer en el solipsismo (“solus ipse”). Ante la pretensión de la fenomenología trascendental de convertirse en filosofía trascendental, es decir, presentar los problemas del mundo objetivo en una teoría constitutiva que transcurre en el contexto del ego, Husserl vislumbra la inconsistencia para la Fenomenología y su búsqueda de objetividad, si ésta presenta una postura solipsista.

Éste es el problema que Husserl nos plantea con claridad en Meditaciones Cartesianas y que busca resolver para darle un sustento sólido a la fenomenología. La solución que nos plantea es la intersubjetividad, en la que los otros egos aparecen ante el yo, pero no como un objeto cualquiera sino como un un alter-ego, con los cuales el yo puede validar la objetividad del conocimiento de la experiencia.

En lo que sigue examinaré en primer lugar la posición que la intersubjetividad ocupa en la fenomenología, en que consiste en cuanto solución para los otros sujetos que aparecen en mi experiencia, en un segundo momento mostraré los antecedentes históricos del concepto y por último, las proyecciones que el concepto ha tenido, en particular hacia la sociología y también la vigencia del concepto de intersubjetividad.

Contexto de la intersubjetividad: la fenomenología

Husserl funda la fenomenología trascendental como un un proyecto de renovación de la filosofía y busca establecer a ésta como una ciencia estricta, en el escenario de un proyecto colectivo. Husserl busca explicar el sentido que el mundo tiene previo a todo filosofar y para ello propone un programa de investigación y un método. En cuanto al método este consiste en lo fundamental en la reducción eidética, la reducción trascendental y el análisis intencional.

El punto de inicio de la reflexión fenomenológica se encuentra en la experiencia concreta de un sujeto y quizás lo que mejor grafique este aspecto es la máxima husserliana: “a las cosas mismas”. Esta posición implica un yo situado en el mundo y es éste la fuente de la cual puede desprender sus deducciones.

De la misma forma que la síntesis kantiana, propuesta en la Crítica de la Razón Pura, entre racionalismo y empirismo, la fenomenología también disuelve esta oposición ya que en la medida que usa como como criterio de verdad última, las experiencias evidentes, se puede considerar una forma de empirismo y ya que considera que el orden racional del mundo surge en la experiencia intencional también puede ser vista como una forma de racionalismo.

Por otro lado, la piedra angular del edificio fenomenológico trascendental descansa sobre la conciencia intencional que es la herramienta preferente para estudiar los fenómenos en su estar dados. Lo que se da a una conciencia está intencionalmente dispuesto y a lo que se dirige la intencionalidad puede ser examinado de acuerdo a sus estructuras noético – noemáticas.

A lo anterior, Husserl agrega el concepto de tipos, con lo cual el análisis fenomenológico alcanza un nivel trascendental. Los tipos son estructuras a priori que gobiernan la percepción y que anteceden a la experiencia y permiten organizarla.

Sin embargo, está pendiente aún el estatuto de la objetividad. Husserl comienza a delinear este concepto en Ideas Ii, en particular la relación de un yo (o ego), en relación a otros egos. En el §29 de este texto nos plantea que “Todo lo que es aplicable a mi mismo, sé que es aplicable a todos los demás hombres que encuentro ahí adelante en mi mundo circundante”.ii

Desde aquí Husserl argumenta por la objetividad del mundo que es percibido, en sus palabras: “...concibo su mundo circundante y el mío siendo objetivamente un mismo mundo, del que todos nosotros nos limitamos a tener conciencia de diverso modo”.iii La conciencia diversa del mundo, Husserl la explica ya que cada uno tiene un lugar desde donde ve las cosas y también, cada uno tiene diversos campos de percepción o de recuerdo. Sin embargo, precisa que, nos entendemos con los demás poniendo en común una realidad espacial y temporal objetiva.

De acuerdo a esto, el sentido de la posibilidad de un conocimiento objetivo, necesariamente retrotrae al yo y esto a su vez plantea la cuestión de que no puede seguir siendo supuesto como existente en el mundo. Es necesario darle su pureza trascendental al yo, aplicándole la reducción fenomenológica, la epojé.

Es por esto que la intersubjetividad trascendental es lo que constituye el mundo real como objetivo, como existente para otros yo, para todo el mundo siendo de esta forma una de las piedras angulares de la fenomenología.

Importancia del concepto de intersubjetividad

La importancia de la intersubjetividad es clave en el edificio fenomenológico construido por Husserl, ya que como hemos señalado recién, éste descansa en la teoría de la intersubjetividad para darle solución al problema de la objetividad del mundo. Por tanto, una adecuada comprensión de la intersubjetividad permite una comprensión en profundidad de la fenomenología y de los alcances que ésta tiene en la comprensión del mundo y sus posibilidades de aportar a las ciencias en general y a las ciencias sociales en particular.

La solución planteada por Husserl, en tanto concepto, no era nueva para su época, pero el filósofo de Friburgo sitúa la intersubjetividad como uno de los pilares de la fenomenología y le da una proyección que trasciende su época y su disciplina. Sin embargo, no puede atribuirsele a Husserl la autoría del concepto, ya que existían antecedentes para éste en la filosofía continental, en particular en Leibniz y Fichte, a los cuales mencionaré someramente.

Génesis y desarrollo del concepto de intersubjetividad en Husserl

El concepto de intersubjetividad es enunciado por Husserl en Ideas relativas a una fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica (Ideas), en particular en el segundo volumen de este texto (aún cuando es mencionado en Ideas I) y sobre todo en Meditaciones cartesianas, en especial en la V Meditación.

En Ideas IIiv; Husserl examina las características de la experiencia de un sujeto y plantea el ejercicio de considerar que este sujeto vive en un mundo solipsista. En tal situación, la experiencia para este sujeto seguiría siendo la misma, excepto que faltarían todos los cuerpos que pudiera percibir como sujetos psíquicos ajenos. Todo lo demás para este sujeto sigue siendo lo mismo. La misma multiplicidad de sensaciones, las mismas cosas reales con sus propiedades.

Por lo tanto, en apariencia no ha cambiado nada, solo falta respecto a la situación anterior el mundo animal.

Husserl continúa el ejercicio proponiendo lo siguiente: si este sujeto es enfrentado a una comunidad de sujetos con los cuales contrasta el mundo de experiencias y este no es confirmado por la comunidad, es más, entra en conflicto con las experiencia intersubjetiva de la comunidad, se plantea la situación que este sujeto se vuelve objeto patológico para la comunidad.

Sin embargo, “… si vivimos pasiva, animalmente 'en el mundo' y en trato mutuo con nuestros iguales, todos los cuales son tan normales como nosotros entonces se constituye un mundo que nos es común”.v Es así como deja planteada la situación en Ideas II y que retoma ampliamente en Meditaciones Cartesianas.

Dicho en otras palabras, el sujeto solipsista podría obtener un conocimiento objetivo, pero solo no podrá saber si efectivamente lo ha obtenido.

En este texto de 1931, el filósofo de Friburgo, en la Segunda Meditación, parte abordando el tema de la intersubjetividad de la siguiente manera:

“Ciertamente, en el sentido de la reducción trascendental está implícita la imposibilidad de que ésta ponga al comienzo como existente otra cosa que el ego y lo incluido en él, con un horizonte, además, de indeterminada posibilidad de determinación.”vi

En otras palabras, señala la imposibilidad que por medio de la reducción trascendental tengamos acceso a otros egos. Sin embargo, no se amilana ante esta dificultad y plantea que :

“Como filósofos que iniciamos nuestra actividad, no podemos dejarnos intimidar por semejantes reparos. Acaso la reducción al ego trascendental sólo traiga consigo la apariencia de una ciencia definitivamente solipsista, mientras que su desarrollo consecuente, conforme a su propio sentido, conduzca a una fenomenología de la intersubjetividad trascendental, y por medio de ella, desenvolviéndose, a toda una filosofía trascendental”. vii

Si la reducción trascendental no nos posibilita el acceso a otros egos y más bien nos pone en riesgo de caer en el solipsismo, cómo entonces es posible llegar a una experiencia de mundo compartida con otros egos y que brinde a esta experiencia el estatuto de objetiva. Sobre esto Husserl nos indica que tenemos acceso a las vivencias de otros en base a la percepción de sus manifestaciones corporales. Esto supone que los sujetos en tanto experimentadores están ellos mismos constituidos en la experiencia como reales.

Además gracias a la empatía, entendida como la consciencia intencional en la que captamos a los otros en virtud de su aparecer corporal permite acceder a la consciencia de la intersubjetividad. De esta forma, el mundo intersubjetivo está en correlato con la experiencia intersubjetiva por intermedio del instrumento de la empatía. Es así como, las cosas sensibles constituidas por varios sujetos en sus multiplicidades de percepción adquieren el estatuto de objetivas por medio de la intersubjetividad y al papel que la empatía juega en está.

Antecedentes históricos de la intersubjetividad

El planteamiento husserliano sobre la intersubjetividad tiene algunos antecedentes históricos que mencionó someramente a modo de contexto. A saber, los filósofos con los que se puede trazar similitudes sobre este concepto son Leibniz y Fichte.

Leibniz

En el caso de Leibniz la semejanza proviene principalmente de que Husserl usa el concepto de mónada acuñado por el primero. Para Leibniz una mónada es un átomo, espiritual, de la realidad. Una mónada es una unidad dinámica con fuerza interior que tiene percepción. Dentro de las mónadas hay algunas que poseen conciencia y pueden percibirse a sí mismas. Al crear las mónadas Dios las predefinió con armonía para que puedan actuar de forma coordinada.

Lo cual es coincidente con el concepto de mónada en Husserl: “La mónada es un ser indivisible como un proceso de convertirse continuamente en un momento único con un solo ego único.“viii

Y sobre todo, la armonía que les permite actuar en forma coordinada, remite al concepto de intersubjetividad de Husserl.

Fichte

El concepto de intersubjetividad fue formulado por Fichte a finales del siglo XVIII. Para este autor la intersubjetividad es una de las tres condiciones de la “yoidad”, las otras dos el cuerpo y la inteligencia. Inicialmente Fichte intenta demostrar la existencia de una autoconciencia libre y para ello establece el requerimiento de la autodeterminación por parte de otra autoconciencia libre, que desde su perspectiva religiosa la asocia a dios. Posteriormente el concepto de intersubjetividad lo asocia a “comunidad”.

Inicialmente, parte por la relación sujeto-objeto para demostrar la autoconciencia, la cual descarta por considerar que deja encerrado en una relación circular sin solución. Por tanto, en la argumentación de Fichte la autoconciencia no puede ser explicada a partir del acto de conocer, sin presuponerla existiendo de antemano. De aquí que si el correlato del yo no puede ser un objeto, entonces sólo puede ser otro yo. Entonces se posibilita la autoconciencia por una relación entre el yo y un otro yo, en otras palabras, por medio de una relación intersubjetiva. Esta relación es una unión sintética entre dos subjetividades que tienen la capacidad de conocer objetos del mundo sensible. Los dos sujetos quedan unidos sintéticamente ya que los dos componen una totalidad que trasciende a cada uno por separado y que los incluye a ambos.ix

Proyecciones de la intersubjetividad más allá de la Fenomenología

La intersubjetividad no sólo es un concepto clave para la Fenomenología , sino que también para otras disciplinas, en particular para las ciencias. El problema del conocimiento verdadero, compartido por una comunidad, es central en el conocimiento científico y la intersubjetividad como criterio de validación juega un rol fundamental en esto.

En las siguientes líneas examinaré el rol que ha jugado la intersubjetividad en una ciencia específica como la sociología y en pensadores también específicas de ésta. El debate sobre la intersubjetividad en esta disciplina se abre con el enfoque que Alfred Schütz le da a este concepto.

Schütz, sociólogo de origen austriaco y discípulo de Friedrich Hayek y Ludwig von Mises, prominentes pensadores de la Escuela Austriaca, fue también discípulo directo de Edmund Husserl. Desarrolló su quehacer profesional en Estados Unidos, donde intentó establecer un fundamento filosófico a la sociología de Max Weber, apoyándose en la Fenomenología .

Algunos de los conceptos más importantes desarrollados por Schütz son: Mundo de vida, Situación biográfica y Realidad social. Este último es el más relacionado al concepto de intersubjetividad.

Para Schütz la intersubjetividad contribuye a determinar la configuración particular del sujeto, ya que es una característica del mundo social. Más claramente, el sentido común facilita la interacción social, al dirigirse a otra persona se asumen ciertos códigos comunes que facilitan las actividades compartidas, se influye y nos dejamos influir.

Aún cuando hemos señalado, Schütz incorpora la Fenomenología de Husserl en un intento de darle fundamento filosófico a la sociología, posteriormente toma cierta distancia de ésta, planteando una crítica fundamental a la intersubjetividad, tal cual la entiende el filósofo de Friburgo. La importancia de esta crítica consiste en que permite tender puentes entre la fenomenología y los posteriores desarrollos de la sociología.

Sin ánimo de extenderme sobre este punto, cabe señalar que Schütz cuestiona el recurso de la segunda epojé propuesto por Husserl para resolver el problema del solipsismo. Por segunda epojé se entiende el ejercicio que propone Husserl de suponer un solo ego (limpio de todo elemento intersubjetivo), para a partir de esta situación reconstruir la experiencia de otros en mi consciencia reconociendo por tanto la existencia de alter-egos.

Según señala Alexis Gros, estudioso de Schütz:

“De hecho, para Schütz, es un “descubrimiento fenomenológico” (Ibíd.) innegable que mientras que yo percibo mi cuerpo viviente desde dentro –esto es, a través de vivencias kinestésicas–, sólo puedo experimentar al cuerpo físico del Otro desde el exterior. Asimismo, es fenomenológicamente incontestable que puedo percibir la totalidad del cuerpo ajeno, estando sólo habilitado a contemplar el mío de forma parcial”.x

Es decir, Schütz señala una inconsistencia fenomenológica entre las posibilidades que la percepción me permite de percibir mi propio cuerpo y las distintas posibilidades que tengo de percibir el cuerpo de otro ego. Este cuestionamiento según Schütz invalida la empatía, base de la intersubjetividad.

Por tanto, para Schütz la intersubjetividad no es algo a ser resuelto por medio del análisis constitucional, sino algo autoevidente de la vida misma que debe ser considerado de esta forma desde el principio. Según Schütz, en tanto nacemos de madres, la intersubjetividad y la relación nosotros, funda lo humano.

Desde esta reelaboración de Schütz es posible una sólida fundamentación de las ciencias sociales y de la sociología en particular. Revisaremos brevemente este punto en los trabajos de Peter Berger y Thomas Luckmann, para terminar con Niklas Luhmann.

Berger y Luckmann

Berger y Luckmann son muy conocidos por el libro escrito en conjunto La construcción social de la realidadxi. El texto señalado ha sido mencionado como uno de los ms influyentes de la sociología contemporánea. Berger fue discípulo directo de Schütz, trabajó en estrecha colaboración con él y es un continuador de su obra.

De acuerdo a Berger y Luckmann, la construcción social de la realidad descansa en que el sujeto construye la realidad, y luego esta realidad se devuelve al sujeto. De este modo el sujeto internaliza al otro generalizado con lo cual termina de formar su yo.

Según estos autores, en las múltiples realidades hay una que es la realidad por excelencia y es en la que vivimos todos los días. La realidad de la vida cotidiana son rutinas; un mundo intersubjetivo compartido con otros. De acuerdo a esto, se que el mundo es tan real para los otros como lo es para mi, por lo que la realidad es intercomunicativa.

La propuesta fenomenológica de Berger y Luckmann se plantea como objetivo principal la reconstrucción de las construcciones sociales de la realidad. Del mismo modo que Schütz, descansa en la teoría de la comprensión o verstehen elaborada anteriormente por Max Weber.

Estos autores siguiendo a Schütz dejan de lado el concepto de intersubjetividad entendido como flujo de conciencia interior, y lo conciben como “un vivir humano en una comunidad social e histórica”.

Como puede verse, para estos autores, el concepto de intersubjetividad es central en la construcción social de la realidad y por tanto en el objeto de estudio de la sociología.

Luhmann

Niklas Luhmann fue un sociólogo alemán que aplicó la teoría general de sistemas en el análisis sociológico. En particular resulta interesante el uso del concepto de autopoiesis de Humberto Maturana al análisis sociológico, al considerar los sistemas sociales como organismos sociopoiéticos.

Luhmann incorporó la intersubjetividad en su esquema conceptual como la formación de un tipo específico de estructuras, denominadas estructuras concordantes, las que pueden ser de consenso o disensoxii.

Para Luhmann uno de sus conceptos centrales es el de sentido social, el que entendió como sentido intersubjetivamente constituido, o sea, que descansa en la co-experiencia y la formación de expectativas respecto del otro y dotado de una organización compleja. Luhmann “incorporó la intersubjetividad en la definición de sistema social, el que concibió como un sistema de acción estructurado por expectativas intersubjetivas.xiii.

El concepto de intersubjetividad evolucionó en el pensamiento de Luhmann, ya que declaró la debilidad analítica de la intersubjetividad frente a la autopoiesis de la comunicación. Sin embargo, desde la perspectiva de la teoría de sistemas, la intersubjetividad no se diluye totalmente, sino que cambia en una construcción comunicativa.

Este autor recoge el concepto de intersubjetividad, también de manera crítica, sobre todo respecto al compromiso del intersujeto, sin embargo, lo mantiene en la centralidad de su edificio conceptual.

Conclusiones

He explorado el concepto de intersubjetividad según es desarrollado en la Fenomenología de Edmund Husserl, mostrando el rol central que juega en la formulación de su pensamiento. Seguí las huellas de los antecedentes históricos del mismo en la tradición filosófica, principalmente en Fichte y en menor medida en Leibniz. Y finalmente busque la proyección de este concepto en las ciencias sociales contemporáneas, con la intención de mostrar su influencia y vigencia.

En la Fenomenología la intersubjetividad juega un rol central para resolver la validez objetiva del conocimiento adquirido de la experiencia. Según Husserl, un ego o sujeto solipsista podría alcanzar un conocimiento objetivo, pero sólo no podrá saber si efectivamente lo ha obtenido. Del mismo modo la intersubjetividad resuelve la incorporación del otro en la conciencia del yo.

En mi opinión la intersubjetividad es un planteamiento para resolver uno de los conceptos fundamentales en el pensamiento filosófico como es la posibilidad de acceder a un conocimiento objetivo. La solución que plantea es la validación de este conocimiento por medio de la comunidad con otros.

Si bien esta solución es novedosa y tiene su mérito, también presenta debilidades, ya que un conocimiento compartido no necesariamente es un conocimiento verdadero y de ello la historia del conocimiento (científico o no) está plagada de ejemplos, abundan los casos donde una comunidad de investigadores ha dado por cierto un determinado conocimiento, que luego los hechos se han encargado de refutar.

Me parece más apropiado el uso del concepto de intersubjetividad en el terreno de la sociología, donde efectivamente la experiencia compartida sobre la realidad define construcciones que son el objeto de investigación sociológico. Aquí la validez del conjunto de experiencias y conocimiento compartido queda definido, justamente, porque es compartido por una comunidad de sujetos.

Por cierto, el concepto de intersubjetividad abre múltiples posibilidades en la investigación de comunidades que comparten códigos y una visión sobre su ámbito de experiencia, como ocurre, por ejemplo, en las comunidades construidas en las redes sociales del ciberespacio.

Después de realizado el recorrido propuesto inicialmente, se puede afirmar la validez del concepto de intersubjetividad en el pensamiento contemporáneo y por cierto su plena vigencia.

iHusserl E., Ideas I. Fondo de Cultura Económica, México 1962.

iiIbíd., pág 68.

iiiIbíd.

ivHusserl E., Ideas II pag. 122. Fondo de Cultura Económica, México 2005.

vIbíd. [Las negritas son mías].

viHusserl E., Meditaciones Cartesianas. Fondo de Cultura Económica, México 1996, § 13.

viiIbid.

viiiSteinbock Anthony J. Husserl’s static and genetic phenomenology: Translator’s introduction to two essays. Department of Philosophy, Southern Illinois University at Carbondale, Carbondale, IL 62901-4505, USA.

ixFichte, J.G., Grundlage des Naturrechts nach rinzipien der Wissenschaftslehre.

xGros, Alexis. Alfred Schütz y el problema husserliano de la intersubjetividad trascendental. VII Jornadas de Jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2013. http://www.aacademica.org/000-076/230.

xiBerger P, Luckmann L. La construcción social de la realidad, Amorrotu editores, Argentina 2001.

xiiPignuoli O, Sergio. El concepto de intersubjetividad de Niklas Luhmann. Revista Persona y sociedad, Universidad alberto Hurtado, Vol. XXVII / Nº 3 / septiembre-diciembre 2013.

xiiiIbíd.