Natorp: entre Hegel y Kant

Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales

Introducción

La escuela de Marburgo es presentada como una propuesta filosófica asociada al neo-kantismo. Esta escuela surge a fines del sigo XIX en Alemania en el contexto de una fuerte predominio de ideas hegelianas y propone un regreso a Kant principalmente a las ideas propuestas por éste en la Crítica de la razón pura y, principalmente respecto a la gnoseología. Sin embargo, un análisis preliminar de los exponentes de esta Escuela induce a confusión en su interpretación, el que podría fácilmente ser solucionado si se considera la fuerte influencia hegeliana en sus propuestas.

En lo que sigue intentaré mostrar esta influencia en Paul Natorp, en particular en su fundamentación de la teoría del conocimiento. Incorporar esta mirada en el pensamiento de Natorp, además de ayudar en su comprensión, permite mostrar la riqueza y extensión del aporte realizado por este filósofo.

Epistemología y lógica en Natorp

Enfocaré el presente ensayo considerando esta particular aproximación a Paul Natorp desde dos planos que se presentan en niveles lógicos distintos:

El primero de ellos es lógico, e intentaré mostrar en este nivel que la comprensión de la lógica de Natorp se acerca más a la dialéctica hegeliana que a la lógica binaria clásica utilizada por Kant.

El segundo es de carácter epistemológico, donde el aspecto central estará orientado a mostrar que Natorp, aún cuando considera la dualidad intuición / entendimiento, prioriza el pensamiento en el acto de conocer.

Teoría del conocimiento de Natorp

Natorp haciéndose eco de su maestro Cohen se plantea como un heredero de la tradición kantiana, en particular en su teoría del conocimiento. Sin embargo, no recoge esta herencia de manera dogmática y postula examinarla de manera crítica ya que según el filósofo de Marburgo es necesario establecer en el sistema de Kant:

“...cuál debía ser su definitivo influjo en la historia, qué parte de su doctrina estaba destinada a perecer por faltarle vitalidad, y cuál otra, por el contrario, debía continuar viviendo y evolucionando por virtud de su propia e interna energía vital.”1

La escuela de Marburgo se replantea la interrogante que se había formulado Kant respecto a si es posible fundamentar la metafísica con el rigor y la sistematicidad de una ciencia. En palabras de Kant en el Prologo de la segunda edición a la Critica de la razón pura:

“La metafísica, conocimiento especulativo de la razón, completamente aislado, que se levanta enteramente por encima de lo que enseña la experiencia, con meros conceptos (no aplicándolos a la intuición, como hacen las matemáticas), donde, por tanto, la razón ha de ser discípula de sí misma, no ha tenido hasta ahora la suerte de poder tomar el camino seguro de la ciencia.”2

Para ello los integrantes de la Escuela de Marburgo re-corren el camino seguido por Kant, en la perspectiva de fundamentar la posibilidad del conocimiento.

El primer paso, por lo tanto, es definir el método y en términos de Natorp el aspecto central en el pensamiento de Kant es el método trascendental. Distingue en éste dos aspectos centrales: “...la firme correlación con los facta”3 y junto a ellos “...la razón de su “posibilidad”, y con ello, el “fundamento de derecho”. Esto es, obtener el fundamento nómico, la unidad del logos, de la ratio...”4

Con esto Natorp nos remite a las fuentes del conocimiento según Kant: sensibilidad y entendimiento. Desde el principio el filósofo de Marburgo establece que el fundamento de todo acto del conocimiento es la ley, entendida ésta como el logos, la ratio, la razón. Esta ley, no es una ley particular de una ciencia específica, sino que una ley universal que fundamenta el conocimiento. Una ley que no se impone a la experiencia, más bien se apoya en ésta.

En palabras de Natorp, por esta vía el método trascendental se constituye en crítico y lo plantea “...crítico contra toda usurpación metafísica, crítico también contra un empirismo sin ley...”5

Avanzando en la definición de método, Natorp precisa en el texto que hemos estado siguiendo una aproximación que es muy interesante para cuando intentemos entenderlo desde una perspectiva hegeliana. Para Natorp “La filosofía como método significa para nosotros precisamente esto: todo “ser” fijo debe resolverse en un tránsito, en un movimiento del pensar.”6

En esta definición el filósofo de Marburgo plantea dos cuestiones que lo acercan notablemente al enfoque hegeliano. Por un lado, la preeminencia del pensar y por otro, el movimiento, el devenir que él plantea como tránsito.

Con la preservación del método Natorp plantea estar manteniendo el corazón de la filosofía de Kant, pero llevada a su desarrollo pleno. Sin embargo, Natorp plantea que Kant no aplicó a cabalidad su método y que por lo tanto es necesario corregirlo, por lo cual advierte:

“Tropezamos inmediatamente, en el comienzo de la Crítica, con una vieja dificultad o sea la contradicción entre la “intuición”, considerada como un tipo particular y específico de lo dado, que parte de un objeto y afecta a la sensibilidad de un sujeto, y el pensar, que es la propia función y producción del conocimiento, entendido como pura espontaneidad.”7

Esta dificultad, requiere ser corregida en el planteamiento natorpiano, si se quiere mantener el pensamiento como base del método trascendental.

La primera objeción que plantea Natorp a este planteamiento, es que la receptividad del sujeto, la afectividad del objeto, así como como lo dado de la sensación deben desaparecer como materia del conocimiento. El requerimiento de Natorp es que debe cambiar por completo el sentido de la síntesis de apercepción. En la concepción del filósofo de Marburgo no es posible fundar el conocimiento en algo que escapa al conocimiento.

Del mismo modo, la relación sujeto-objeto no puede ser comprendida antes y fuera del conocimiento, ya que para Natorp equivaldría a querer construir el conocimiento desde fuera. Fundamenta este particular punto de vista sobre el método kantiano, en que toda relación con el objeto y también con el sujeto se origina en el conocimiento y no en el contenido del objeto.

A pesar de lo anterior, Natorp rescata la importancia de la distinción kantiana entre intuición y pensamiento y de forma y materia. Considera que espacio y tiempo son conquistas kantianas respecto de las formas elementales de la intuición.

A continuación Natorp establece un sello distintivo en su formulación de la teoría del conocimiento al plantear que el pensar es quien determina lo dado. En este punto Natorp se aleja del planteamiento kantiano, que en todo momento busca mantener el equilibrio entre pensamiento e intuición y que formula de manera magistral en su afirmación “los pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas”8

Este punto nos parece central en el pensamiento de Kant y el equilibrio planteado en él es lo que permite la superación y síntesis de racionalistas y empiristas.

Para ser justo, es necesario señalar, que aún cuando desde mi perspectiva existe una cierta preeminencia del pensamiento en Natorp, él plantea que intuición y pensamiento son una unidad en el conocimiento, como los dos extremos de una misma cuerda.

Nuevamente, esta manera de abordar intuición y pensamiento como una unidad en el conocimiento, acerca a Natorp a Hegel ya que la unidad planteada es equivalente a la unidad de contrarios hegeliana.

Función del conocimiento de Natorp

Por último, en lo que respecta a la teoría del conocimiento natorpiana, se encuentra su metáfora del conocimiento como una función. Esta metáfora plantea que lo dado (por conocer) es representado por una X que puede asumir múltiples valores (x1, x2, x3…) y cuando estos valores son determinados corresponden a A que en sus múltiples determinaciones corresponden a (a1, a2 ,a3…).

De acuerdo a esto, para Natorp el conocimiento avanza en fases sucesivas aproximándose a un límite que nunca alcanza completamente. En este punto Natorp se mantiene apegado a Kant, en cuanto esta imposibilidad de conocer plenamente el objeto puede asimilarse a la cosa en sí y, se distancia de Hegel que considera posible un conocimiento absoluto.

Kant y la dialéctica hegeliana

Para realizar un adecuado contrapunto con la filosofía de Hegel y de Kant es necesario realizar una presentación, aún cuando mínima (pero necesaria), de los aspectos centrales que nos interesan de estos filósofos.

Sin ánimo de ser exhaustivo me propongo mostrar los aspectos principales de la lógica clásica, utilizada por Kant en la el desarrollo de su Crítica, y de la dialéctica hegeliana que en algunos de sus puntos centrales es la que mantiene Natorp en su propuesta filosófica.

Kant en la formulación gnoseológica de la Critica de la razón pura usa profusamente dos aspectos que quiero destacar.

Por un lado, díadas, a saber: sujeto-objeto, fenómeno-noúmeno, intuición-entendimiento, espacio-tiempo; en las categorías cualidad-cantidad, relación-modo y; así es posible encontrar una ordenación binaría en gran parte del análisis crítico de kantiano, lo cual es propio de este filósofo que tiende a ver los fenómenos en relación y no de manera aislada.

Por otra parte, Kant hace uso de manera extensa para sus demostraciones y argumentaciones de un principio de la lógica clásica, como es el principio del tercero excluido. En particular, respecto de los juicios sintéticos a priori, señala que estos son necesarios y universales. Con necesarios entiende que no pueden ser de otro modo, con lo cual el criterio de demostración que utiliza es el de demostración por reducción al absurdo, el cual, necesariamente requiere que sea aplicable el principio lógico del tercero excluido.

Por esto realizaré un examen somero de las principales características de la lógica clásica, con el fin de presentar una base desde la cual establecer, en que medida Natorp, se inclina por el enfoque hegeliano o kantiano.

Principios de la lógica

  • La lógica clásica opera en base a tres principios fundamentales: el principio de identidad, el principio de no contradicción y el principio del tercero excluido. De forma sintética:
  • Principio de identidad. Este es un principio básico de la lógica de acuerdo al cual todo ente es idéntico a sí mismo, y que expresado en forma matemática ser puede formular en los siguientes términos:
  • A = A.

  • Principio de no contradicción En este principio, una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. Desde el punto de vista ontológico esto quiere decir que nada puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. O en otros términos, que nadie puede creer al mismo tiempo y en el mismo sentido una proposición y su negación.
  • Principio del tercero excluido. El principio del tercero excluido, es otro principio fundamental de la lógica clásica según el cual la disyunción de una proposición y su negación es siempre verdadera. Por ejemplo, es verdad que "Heráclito es mortal o no es mortal". Este principio, excluye otra posibilidad distinta a la proposición y su negación.

Los tres principios precedentes son los más importantes y permiten la construcción de un vasto sistema lógico, aún cuando pueden señalarse algunos más. Por ejemplo, el principio del tercero excluido suele confundirse con el principio de bivalencia, según el cual toda proposición es verdadera o falsa; aún cuando no son exactamente el mismo principio se encuentran estrechamente relacionados. Esta característica del principio de bivalencia lo lleva a ser usado en demostraciones matemáticas y lógicas por medio de la demostración por reducción al absurdo.

Para demostrar una proposición o teorema por reducción al absurdo, se supone como cierta la negación o falsedad de la proposición a demostrar, y por medio de relaciones válidas dentro del sistema en que se está trabajando se busca llegar a una contradicción lógica, un absurdo; con lo cual se concluye que la hipótesis inicial (la negación de la original) es falsa, y por lo tanto la original es verdadera.

Como señalamos en líneas precedentes, este método de demostración por reducción al absurdo, es ampliamente utilizado por Kant. Sin embargo, para que sea válida una demostración por esta vía, requiere que el principio del tercero excluido opere, lo cual no siempre ocurre. Para solucionar esta limitación se han formulado sistemas lógicos más completos.

Lógicas polivalentes

Como señalé, para que sea válida una demostración por reducción al absurdo se requiere que dentro del contexto propuesto operen el principio de bivalencia y el principio del tercero excluido, el cual no siempre es válido. Uno de los dominios en que esto acontece es el que es considerado como el más sólido desde la perspectiva de su fundamentación científica: la física.

En la moderna física de partículas, el principio de Heisenberg, ampliamente aceptado por la comunidad científica, invalida estos principios. En términos muy simples, la relación de indeterminación de Heisenberg establece la imposibilidad que determinados pares de magnitudes físicas sean conocidas con precisión simultáneamente. Por ejemplo posición y momento lineal (cantidad de movimiento) de un objeto dado.

Más precisamente, cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su cantidad de movimiento lineal y, por tanto, su masa y velocidad.10

La consecuencia del principio de indeterminación de Heisenberg es que abre el conocimiento de una partícula a una distribución de probabilidad de ésta, ya que no se puede establecer con certeza verdadera la posición de una partícula y su momento, si no sólo una distribución estadística.

A partir de este hecho y de otros enfoques se han formulado otros sistemas lógicos que buscan resolver estas limitaciones de la lógica clásica. Dentro de ellos se pueden mencionar:

  • la lógica dialéctica de Hegel

  • la lógica trivalente de Łukasiewicz

  • la lógica modal, de Kripke, que definen tres modelos de verdad: lo verdadero, lo falso y lo problemático

  • la lógica difusa de Zadeh

  • la lógica polivalente de Gödel, a partir de su teorema de la incompletitud

  • la lógica intuicionista desarrollada por Brouwer

  • la lógica producto, tetravalentex

Dialéctica hegeliana

De acuerdo a lo señalado en la sección precedente, la lógica dialéctica según fue formulada por Hegel se aparta de la lógica clásica, en particular y de manera muy importante en lo que respecta al principio de no contradicción, ya que de acuerdo a Hegel una cosa es y su contrario y el desenvolvimiento de cualquier proceso, puede ser explicado precisamente, por la transformación de algo en su contrario. En términos hegelianos puede decirse que la identidad es la determinación de lo simple inmediato y estático, en cambio la contradicción es la fuente de todo movimiento y vitalidad.

Sobre este particular, quisiera señalar algo que no he visto en reflexiones anteriores y que me parece de primera importancia. La supuesta diferencia insalvable entre lógica clásica y dialéctica puede ser resuelta, si se considera el tiempo como la variable que permite establecer una continuidad entre ambas.

La formulación de la lógica clásica para el principio de no contradicción señala que: una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo. En cambio la dialéctica admite que algo puede ser su contrario/complementario y que en su desarrollo puede transformarse en éste.

Como puede verse la diferencia principal la establece el tiempo. En la lógica clásica es un momento estático del tiempo el que establece la imposibilidad para que algo sea su contrario, en la dialéctica es el el flujo del devenir lo que lo posibilita.

Si se me permite el alcance, la ciencia económica establece está distinción cuando señala la diferencia entre variables de flujo (ingreso) y variables de stock (patrimonio, riqueza).

Idealismo hegeliano

Realización del espíritu según la fenomenología

La obra en que Hegel expresa con mayor claridad su concepción de la historia es la Fenomenología del Espíritu, en ella el filósofo alemán divide la historia en tres grandes fases: la unidad originaria (la Grecia clásica), la división conflictiva (desde Roma hasta la Revolución Francesa) y, por último, la vuelta a la unidad en el tiempo presente de Hegel.

Expresado esto términos abstractos es equivalente a señalar que La Idea sale de sí y se exterioriza en la Naturaleza y luego vuelve a sí en el Espíritu. En esta síntesis sumaria del pensamiento de Hegel, resalta el predominio de la idea en su concepción filosófica.

Aquí lo central es una cuestión epistemológica. Kant cuido mantener el equilibrio entre intuición y entendimiento, entre datos sensible y razón, buscando resolver una antigua polémica que el identifico con la polémica entre racionalistas y empiristas. Desequilibrar el cuidado balance de la arquitectura kantiana inevitablemente inclinará hacia uno de esos polos y es el riesgo en que incurre la Escuela de Marburgo y Natorp en particular.

Natorp advierte esto y visualiza la similitud del trabajo que está realizando con el enfoque hegeliano cuando señala “...podría parecer en especial que marchamos de nuevo por el camino que Fichte y Hegel tomaron...”11. El camino al que alude es la superación de los dualismos intuición/pensamiento y materia/forma. El filósofo de Marburgo intenta mantener la distancia con Hegel y critica la interpretación que hace Hegel de las categorías de Kant y al hacerlo señala la limitación de la lógica tradicional, afirmando:

“...a diferencia de la obligada dualidad de afirmación o negación que acostumbraba la lógica. El principio de esto puede encontrarse, por lo demás, en Platón, cuando contrapone en El sofista lo “uno” a lo “otro” como denegación, entendiéndola como una oposición correlativa de la continuidad, como mutua compenetración, con lo cual el pensar se resuelve en movimiento, en progreso.”12

Estas afirmaciones de Natorp son sumamente ilustrativas de lo que he venido planteando: la concepción de la lógica del marburgués, en la cual acepta la identidad de los contrarios y una concepción del pensar que es dinámica, que es flujo en movimiento.

Con esto queda clara la comprensión dialéctica que Natorp tiene no sólo de Platón, sino que por extensión de Kant.

Kant desde la teoría de las ideas de Platón

Tanto Cohen como Natorp consideran que Platón es un buen punto de referencia para interpretar a Kant y he decidido incluir una referencia sumaria a la interpretación que Natorp hace de la teoría de las ideas de Platón como argumento adicional a la prioridad que el marburgues otorga al pensamiento en el conocimiento.

Según Natorp “...las ideas platónicas no necesitan ser consideradas como cosas en sí mismas, ni inmutables ni eternas.” 13 interpreta las ideas “...como principios estructurales del conocimiento; es decir, dotadas de cierta realidad objetiva a priori pero sólo mediante la actividad de la mente humana e inherente a ella...”

En líneas gruesas, la hermenéutica que Natorp plantea del pensamiento de Platón, considera que las ideas no permiten una “...construcción pura del conocimiento que por sí misma tenga validez objetiva; es decir, las ideas por sí mismas no posibilitan objeto alguno.” 14 Al contrario, las ideas platónicas sólo otorgan características a las cosas, siempre y cuando éstas no se separen del pensamiento y en esta posición las interpreta como principios estructurales del conocimiento.

En opinión de Natorp, de la teoría de las ideas de Platón se desprenden dos aspectos relevantes: “(1) las ideas de Platón son leyes, no cosas en sí; y (2) la doctrina de las ideas versa sobre la posibilidad y constitución del pensamiento a priori”.15

Como puede verse este planteamiento entronca con la inquietud kantiana por la posibilidad del conocimiento. Sin embargo, la interpretación que Natorp da desde Platón a la pregunta por la posibilidad del conocimiento, le otorga prioridad al pensamiento por sobre la intuición en el acto de conocer y, como he señalado previamente el punto del equilibrio entre intuición y entendimiento es un aspecto central en la doctrina kantiana del conocimiento.

Conclusiones

Una de las máximas que distingue a la Escuela de Marburgo es su planteamiento de volver a Kant y a partir de los cimientos filosóficos kantianos construir un sistema de pensamiento que pretende ser la expresión más depurada y que alcanza la plenitud de lo que se encontraba en potencia en el planteamiento original de Kant.

Recorrer este camino lleva a Natorp, en lo medular, a otorgarle prioridad al pensamiento por sobre la intuición, con esto se distancia de Kant y de su muy bien logrado equilibrio ente racionalismo y empirismo y, más bien se aproxima a posturas idealistas que lo acercan a los planteamientos hegelianos.

Por otro lado, la formulación natorpiana del proceso de conocer como una identidad de intuición y pensamiento, donde lo dado queda determinado por el pensamiento, es muy similar a la formulación hegeliana de identidad de contrarios. Con respecto a esto considero que Natorp también se acerca poderosamente a la perspectiva hegeliana al considerar el conocimiento como un proceso en permanente evolución.

En estrecha relación a este último punto, el planteamiento metafórico de Natorp del conocimiento como una función del conocimiento, lo distancia de la visión hegeliana. La metáfora de la función del conocimiento, concibe al conocimiento en un proceso de aproximación asintótica a un límite que nunca es alcanzado y que como señalé mantiene un aspecto de la realidad no cognoscible que guarda reminiscencia con la cosa en sí kantiana.

Un punto relevante que surgió de la exploración de los temas de este trabajo es una comprensión sintética de la dialéctica y la lógica clásica. El punto central en que estas dos concepciones se encuentran enfrentadas es el principio de no contradicción. Éste en su formulación más clásica y que proviene de tan antiguo como Aristóteles plantea que: una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido.

Si se examina con atención esta formulación y se considera aquella parte que señala la imposibilidad de que algo contradictorio ocurra al mismo tiempo, se tiene la clave para ligar la lógica clásica a la dialéctica sin que exista divergencia entre ambas, ya que está última es esencialmente dinámica y considera procesos en que una cosa se se desenvuelve y llega a ser su opuesto/complementario que en un inicio estaba en potencia. Es por esto que lógica clásica y dialéctica pueden ser vistas como dos momentos, una en su momento inicial, estático y la otra como un proceso en movimiento.

En el presente trabajo se presentó una interpretación del pensamiento de Paul Natorp respecto a su teoría del conocimiento, efectuando contrapuntos entre las perspectivas filosóficas de Kant y Hegel y, aún cuando la Escuela de Marburgo se plantea como neo-kantiana, es perfectamente válido considerar las contribuciones provenientes desde Hegel que permiten una mejor comprensión en el rico planteamiento filosófico de Paul Natorp.

Notas

  1. Natorp Paul. Kant y la escuela de Marburgo. Ediciones filosofía y letras, UNAM, México, 1956.
  2. Kant Immanuel. Crítica de la razón pura, Santillana Ediciones Generales, Madrid 2013. Traducción Pedro Ribas
  3. Natorp, 1956.
  4. Ibíd.
  5. Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Kant 2013, A51.
  9. Wikipedia la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Relaci%C3%B3n_de_indeterminaci%C3%B3n_de_Heisenberg. Consultado el 22 de diciembre de 2015.
  10. Wikipedia la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%B3gica_plurivalente. Consultado el 24 de diciembre de 2015.
  11. Natorp, 1956.
  12. Ibíd.
  13. Aguilar M., Ernesto Bajo Palabra. Revista de Filosofía, II Época, Nº 9 (2014):223-232.
  14. Ibíd.
  15. Ibíd.