Jorge Mendoza Vester
Economista Universidad de Chile
Magister en Pensamiento Contemporáneo Universidad Diego Portales
La reflexión planteada en las siguientes páginas tiene como piedra angular el concepto de representación, en estrecha relación con la subalternidad.
El sujeto subalterno, considerado como el sujeto marginal, es decir, aquellos que se encuentran en los bordes de la sociedad y a los cuales su malestar es silenciado, al punto que incluso cuando logran expresarse, su voz no es escuchada, ya que existe un sistema que no se lo permite.
Este sujeto busca ser interpretado por intelectuales y activistas políticos de todo tipo y por lo tanto, cabe hacerse las siguientes preguntas:
¿Es legítima esta representación?
Si esta representación fuese legítima, ¿cuáles son las condiciones necesarias para que esta representación pueda ser legítima?
Cuando está representación no es autorizada ¿cuál es su rol en la creación y reproducción de un sujeto femenino silenciado?
En las páginas que siguen intentaremos abordar y reflexionar sobre estas preguntas teniendo como eje central de la reflexión el texto de Gayatri Spivak ¿Puede hablar el sujeto subalterno?
El concepto de subalterno, acuñado por Antonio Gramsci, fue tomado y desarrollado por el Grupo de Estudios Subalternos. Este centro de estudios tiene su origen en la India, y es en él donde Gayatri Spivak ha desarrollado parte importante de su trabajo, en particular los relacionados con los temas de colonialismo y feminismo, los cuales han tenido como soporte el concepto de subalterno. Uno de sus trabajos más conocidos es: ¿Puede hablar el sujeto subalterno?1. Los aspectos centales de las reflexiones que siguen tienen como inspiración el texto mencionado.
Gayatri Spivak es filósofa y pensadora de origen indio, nació en Calcuta en 1942 y en la actualidad se desempeña como profesora en la Universidad de Columbia en Estados Unidos. Spivak se hizo conocida en Occidente por su traducción del trabajo Gramatología de Jacques Derrida y por el artículo ya señalado ¿Puede hablar el sujeto subalterno?
Spivak ha realizado el núcleo central de sus reflexiones en el contexto del Centro de Estudios Subalterno y las temáticas principales sobre las que ha reflexionado en este espacio tienen que ver con el colonialismo, la subalternidad y el feminismo.
Las influencias más importantes que esta autora reconoce en su trabajo, son el feminismo, el marxismo, el deconstruccionismo y las teorías sobre poscolonialismo. En particular ella reconoce el aporte en sus reflexiones, del concepto de subalterno de los estudios sobre hegemonía de Antonio Gramsci.
En teoría política marxista existen tres conceptos que llevan el sello de Antonio Gramsci, a saber: hegemonía, bloque dominante y clase subalterna, ya que aún cuando alguno fuera usado previamente (como el de hegemonía), este pensador puso en ellos su aporte distintivo, y estas definiciones son las que finalmente han trascendido.
En Gramsci el concepto de subalterno tiene sus orígenes en la acepción común de la palabra, usada en el mundo militar para referirse a los oficiales subalternos. Luego, Gramsci extiende el concepto para referirse a los grupos que son objeto de dominación en una sociedad determinada. Las primeras referencias explícitas, él las realiza en contexto del análisis norte-sur en la Italia de su época. El norte, industrialmente más desarrollado cuenta con importantes sectores de proletarios, en cambio el sur de características rurales y agrícolas es la expresión de sectores campesinos pobres y acomodados.
En Gramsci, el concepto de grupo o clase subalterna corresponde a todos aquellos sectores que no tienen expresión en el Estado, en la sociedad política o en la sociedad civil.
Para Gramsci:
“Las clases subalternas, por definición, no están unificadas y no pueden unificarse hasta que no puedan volverse Estado: su historia, por lo tanto, está trenzada con la de la sociedad civil es una función “desagregada” discontinua de la historia de la sociedad civil y, por este medio, de la historia de los Estados o grupos de Estados”2.
Por lo cual caben dentro de esta agrupación todos los sectores oprimidos, incluso el proletariado, en cuanto no se han constituido y no han hecho suyo el Estado.
Gramsci menciona por primera vez este concepto en 1926 en el artículo La cuestión meridional y continúa desarrollandolo durante toda su estadía en la cárcel, periodo durante el cual lo afina. Desde el concepto original, tomado del mundo militar y luego aplicado a los campesinos del sur de Italia, este se extiende a todo grupo que es objeto de dominación.
“§ <2> Criterios metodológicos. La historia de los grupos sociales subalternos es necesariamente disgregada y episódica. Es indudable que en la actividad histórica de estos grupos existe la tendencia a la unificación, si bien según planes provisionales, pero esta tendencia es continuamente rota por la iniciativa de los grupos dominantes, y por lo tanto sólo puede ser demostrada a ciclo histórico cumplido, si éste concluye con un triunfo. Los grupos subalternos sufren siempre la iniciativa de los grupos dominantes, aun cuando se rebelan y sublevan: sólo la victoria "'permanente" rompe, y no inmediatamente, la subordinación....”3
Para Gramsci, las clases subalternas son susceptibles de alianzas con el proletariado, por cierto bajo la hegemonía de éste. La formación de esta alianza de clases permite la creación de un nuevo bloque social que al constituirse en hegemónico, crea las condiciones de su liberación.
Es por esta razón que Gramsci, plantea que toda iniciativa de autonomía en las clases subalternas es de primera importancia:
“... En realidad, aun cuando parecen triunfantes, los grupos subalternos están sólo en estado de defensa activa (esta verdad se puede demostrar con la historia de la Revolución francesa hasta 1830 por lo menos). Todo rastro de iniciativa autónoma de parte de los grupos subalternos debería por consiguiente ser de valor inestimable para el historiador integral...”4
En Spivak el concepto de subalterno, tiene algunas diferencias. Para ella, subalternos son quienes se encuentran en la periferia y que a diferencia de otros grupos oprimidos no cuentan con canales de expresión para su malestar, es justamente por eso que Spivak se formula la pregunta ”¿Puede hablar el sujeto subalterno?”.
De igual manera la solución planteada por Gramsci es distinta a la de Spivak. En Gramsci, la clase subalterna debe constituirse en sujeto hegemónico y tomar el control del Estado, de esto depende que la clase subalterna deje de serlo. En Spivak la situación no es planteada de la misma forma y aún cuando, casi puede desprenderse de su texto que cuando “el subalterno logra ser escuchado, deja de serlo” en ningún momento ella lo plantea de manera explícita. Si insinúa que la educación juega un rol relevante en la salida del sujeto subalterno de su posición, punto que examinaremos más adelante.
La reflexión central de este estudio surge precisamente del articulo de Gayatri Spivak ¿Puede hablar el subalterno?, así que dedicaremos unas líneas a presentar las ideas centrales que hilan el entramado del ensayo de Spivak.
La autora desarrolla dos líneas paralelas: el rol de los intelectuales del primer mundo intentando ser la voz de los sin voz y una práctica tradicional del hinduismo como es el sati, donde las viudas se queman en la pira funeraria de los maridos.
El texto de Spivak se inicia con una crítica a una conversación entre Giles Deleuze y Michael Foucault publicada con el nombre Los intelectuales y el poder: una conversación entre Michel Foucault y Gilles Deleuze5. La reflexión que realiza la autora bengalí gira en torno a la legitimidad que tienen intelectuales europeos y por tanto del primer mundo, para hablar en nombre de los oprimidos. El diálogo entre Foucault y Deleuze gira en torno a los oprimidos y la cuestión del poder, y narra algunas de las experiencias de Foucault con personas encarceladas, a las que éste hizo expresarse y en dos ocasiones consiguió estos fueran liberados. El dialogo entre ambos autores, transcurre en el contexto de la influencia que el maoismo ejerció entre algunos intelectuales franceses pos mayo de 1968.
¿Por qué Spivak plantea una crítica tan radical a Deleuze y Foucault, dos intelectuales considerados radicales, expresión del activismo y la filosofía liberadora?
Con su crítica, Spivak busca develar que estos intelectuales no son tan liberadores como parecen y que en su postura esconden la reproducción de las relaciones de dominación que ellos mismos denuncian.
El diálogo entre Foucault y Deleuze le permite a Spivak graficar el problema teórico que quiere tratar: la representación del subalterno en todas las partes del proceso. En el sujeto que busca representarlos (el intelectual), en quien se convierte en objeto de esa representación (el subalterno) y en el modo, la forma de esa representación (la teoría, el método, el concepto).6
Para Spivak, este diálogo carece de validez ya que en su opinión Foucault y Deleuze no se encuentran autorizados a hablar por los subalternos. Ella representa este hecho a partir de la diferencia que existe en alemán para la palabra representar que se puede expresar como “Vertreten” o “Darstellen”; la reflexión surge desde un texto de Karl Marx El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. En el primer concepto (Vertreten) el que representa está autorizado para hacerlo y por tanto puede sustituir al representado. En el segundo (Darstellen), quien representa hace el papel del representado y por tanto no tiene la legitimidad para hacerlo. Spivak plantea entonces que Foucault y Deleuze estan haciendo una representación en el sentido de Darstellen, es decir no autorizada.
Un segundo cuestionamiento planteado por Spivak tiene que ver con que en toda representación se produce una interpretación, una traducción del interpretado y por tanto una distorsión del mensaje originario.
Y un tercer aspecto, en el cuestionamiento de Spivak y en mi opinión, el más poderoso tiene que ver con que al representar el intelectual al subalterno, también crea y recrea las condiciones del silenciamiento de éste.
Para equilibrar las críticas planteadas por Spivak, es necesario señalar que Deleuze y especialmente Foucault están conscientes de algunos de estos hechos. Foucault lo expresa en los siguientes términos:
Ahora bien, lo que los intelectuales han descubierto después de la avalancha reciente, es que las masas no tienen necesidad de ellos para saber; saben claramente, perfectamente, mucho mejor que ellos; y lo afirman extremadamente bien. Pero existe un sistema de poder que obstaculiza, que prohíbe, que invalida ese discurso y ese saber. Poder que no está solamente en las instancias superiores de la censura, sino que se hunde más profundamente, más sutilmente en toda la malla de la sociedad. Ellos mismos, intelectuales, forman parte dé ese sistema de poder, la idea de que son los agentes de la «conciencia» y del discurso pertenece a este sistema.7
Precisamente aquí Foucault expresa el silenciamiento que el sistema de poder establece para que los subalternos no puedan ser escuchados y el rol que los intelectuales juegan dentro de éste, contribuyendo a dicho silenciamiento. Foucault, como forma de resolver este hecho, asigna a los intelectuales un rol que es un imperativo ético:
El papel del intelectual no es el de situarse «un poco en avance o un poco al margen» para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del «saber», de la «verdad», de la «conciencia», del «discurso».8
Sin embargo, comparto con Spivak el tercer cuestionamiento, es decir, que al intentar representar el intelectual a los sujetos subalternos, reproduce las condiciones de su silencio.
El segundo hilo que Spivak nos propone es la antigua práctica hinduista (sati) que siguen las viudas, después de la muerte de su marido. De sus recuerdos de infancia, Spivak trae al presente el sacrificio de la hermana de su abuela, siguiendo antiguas tradiciones hinduistas y a partir de ello propone una reflexión que corre de manera paralela a la crítica planteada a Deleuze y Foucault sobre la legitimidad de la representación.
Las autoridades británicas, durante la ocupación de la India, horrorizadas por la práctica del sati, abolieron esta tradición en el año 1842 y la declararon ilegal, buscando aliviar la situación de las viudas víctimas del sati.
En la tradición hinduista la expresión sati proviene de la leyenda de la diosa Sati, esposa del dios Shiva. De acuerdo a la leyenda Daksha, padre de Sati, realizó una ceremonia, a la cual no invito a su hija por ser esposa del “sucio” Shiva. Ante el desaire de su padre, Sati se sentó a meditar durante largo tiempo y luego del cual, se encendió en fuego espontáneamente.
Según el hinduismo el sati valida para siempre la unión de marido y mujer que ha vencido y trascendido la muerte. Al trascender la muerte, la esposa alcanza el mocksha (la liberación espiritual) y por lo tanto escapa al ciclo de las reencarnaciones. El recuerdo de quien realiza el sacrificio queda en la memoria de la aldea y en especial de las mujeres para quienes representa un modelo a seguir.
En este caso, la crítica que Spivak plantea tiene que ver con que la abolición por lo británicos del ritual del sati, se trata de que “Los hombres blancos están protegiendo a las mujeres de piel oscura de los hombres de piel oscura”9
Al plantearn esta situación, la escritora bengalí, nos enfrenta a la pregunta central presente en todo su artículo: ¿los sujetos subalternos son los protagonistas de su propia emancipación?. Y al no ser así, ¿se crean verdaderamente condiciones para que esto ocurra? O por el contrario, cuando ocurre esta representación no autorizada del sujeto subalterno, acaso no se recrean las condiciones de su subalternidad.
Cuando Spivak plantea esta crítica radical a lo que parece ser una buena causa: la eliminación del ritual del sati, la autora está denunciando una cierta historiografía del pueblo indio, donde todo lo bueno y civilizado es obra de los colonizadores británicos y la élite india colonizada.
Por cierto esta historiografía silencia de forma sistemática las movilizaciones de los subalternos, en especial las movilizaciones de los campesinos en la India colonial.
Desde los planteamientos anteriores, surge como una de las cuestiones centrales el tema de la representación. Spivak lo plantea como la representación que los intelectuales o las élites hacen de los sujetos subalternos y de acuerdo a sus postulados, son sujetos que experimentan una doble dominación, ya que se trata de mujeres en la India colonizada por los británicos.
Como hemos visto en la aguda reflexión de Spivak, esta representación tiene efectos y consecuencias en los sujetos subalternos, por la vía de reproducir las condiciones de su subalternidad.
Ahora bien, el concepto de representación tiene un rol central en la teoría y la filosofía política. Desde que las personas viven en sociedades complejas, ya no es posible que las decisiones sean tomadas en forma directa en una asamblea.
Incluso, aún cuando esto fuera posible, la infinidad de decisiones llevaría a que las personas tuvieran que ocupar una parte de su tiempo en la actividad asambleísta, haciendo inoperante esta forma de toma de decisiones.
Esto que aquí es planteado en términos muy generales muestra la necesidad de la representación, necesidad asociada a hacer operativo un grupo para la acción, ya que como señala Hanna Arendt “El poder surge entre los hombres cuando actúan juntos y desaparece en el momento en que se dispersan”10
La representación de la que estamos hablando, surge entonces de los propios grupos y en el caso del sujeto subalterno en particular, para que sea legítima esta representación debe surgir del interior de los propios grupos.
Quisiera graficar este punto con la distinción entre heteronomía (del griego hetero diverso, otro y nomos norma) y autonomía (auto propio, si mismo y nomos norma). La crítica planteada por Spivak, en todo momento habla de normas (o representación) que son planteadas desde afuera del sujeto subalterno, es decir de heteronomía, en circunstancias que que la representación debiera surgir desde el propio sujeto subalterno.
Durante la denominada Revolución pingüina en Santiago de Chile en 2006, los estudiantes se movilizaron para exigir tarifa rebajada en el transporte público y ante el masividad y éxito del movimiento, extendieron sus demandas para exigir el cambio de la dependencia municipal de los establecimientos educacionales a una dependencia directa del Ministerio de Educación, para evitar las desigualdades que se producen ante la las distintiva disponibilidad de recursos de cada municipio.
Un hecho destacable del movimiento estudiantil es que éste fue espontáneo y la influencia de los partidos políticos tradicionales fue escasa por no decir nula. Asociado a esta espontaneidad, hubo un aspecto distintivo, los representantes del movimiento estudiantil se presentaban ante los medios de comunicación como “voceros”, no como representantes y menos como dirigentes, que había sido la expresión favorita de la izquierda tradicional.
La organización de los estudiantes era una una suerte de organización federativa donde los voceros de distintos liceos se iban turnando para ser la voz de este movimiento, que aparentemente parecía ser acéfalo, pero que al mismo tiempo tenía muchas cabezas.
De alguna manera esto recuerda lo que plantea Hanna Arendt cuando habla sobre la Revolución húngara11 y señala que de manera espontánea los húngaros se organizaron en consejos, la misma forma de organización que los revolucionarios se habían venido dando desde 1848 en París y otros lugares de Europa.
Con esto no estoy queriendo decir que el movimiento o Revolución pingüina de 2006 fue un movimiento revolucionario como el que plantea Arendt, si no que existe a la base de la experiencia humana una forma participativa de organizarse ya sea en asambleas o consejos y que entiende la representación como un poder que surge de manera legítima del propio grupo.
En la actualidad (junio 2015) el Intendente de la IX Región o Región de la Araucanía es Francisco Huenchumilla, abogado de ancestros mapuche. Aún cuando el Intendente es designado por la presidencia de la república, Huenchumilla reconociendo sus raíces mapuche ha elevado con fuerza su voz para expresar la legimidad de las reivindicaciones planteadas por las organizaciones mapuche en cuanto a la recuperación de sus tierras ancestrales.
Más allá del valor de la voz de Huenchumilla, cabe aquí la reflexión de si él es una voz autorizada para expresar las reivindicaciones del pueblo mapuche, por cuanto él, si bien tiene ancestros de esta misma etnia, es un profesional, formado en una universidad del Estado chileno y además una autoridad nombrada desde el gobierno central. Es decir, en este aspecto es equivalente a Deleuze y Foucault en la crítica planteada por Spivak y por que no decirlo equivalente a la misma Spivak, desarraigada ya de sus orígenes.
La realidad de los sujetos subalternos genera una paradoja de difícil solución. Si el sujeto subalterno no puede hablar, entendiendo por esto que su voz es acallada o no escuchada y a su vez los intelectuales carecen de legitimidad para representar al subalterno ¿Como se consigue que la voz de los subalternos sea escuchada?
Las repuestas a esta pregunta corren por dos carriles distintos
Uno en el sentido que expresa Spivak que esto está del lado de la educación de largo plazo. Y con esto no se refiere a la educación o a la educación para el mundo del trabajo, si no a una educación que permite a los subalternos tomar conciencia de su propia situación.
Cuando se le pregunta a Spivak por esto, ella responde en una entrevista a Manuel Asensi en los siguientes términos:
“En la tesis número once de las Tesis sobre Feurbach, Marx se pregunta ¿quién educará a los educadores? Yo no tengo ningún inconveniente en responder "yo misma", porque estoy convencida de que la única manera en que se puede transformar la mente de la gente en general es a través de la educación, y por eso la educación posee un gran trasfondo ético”12
La otra solución la encontramos en lo planteado por Arendt, en el sentido que el poder surge cuando los seres humanos actúan juntos, es decir en la acción. En la organización, que como ella dice surge naturalmente en la base de las organizaciones de las personas que actúan juntas.
En ambos casos, las soluciones se encuentran en un planteamiento autónomo, donde los propios sujetos subalternos son los que generan las condiciones de su emancipación.
Arendt Hanna, Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental y Reflexiones sobre la Revolución húngara. Madrid: Ediciones Encuentro, 2007.
Arendt Hanna, La condición humana, Buenos Aires: Paidos 2003.
Asensi Pérez, Manuel. La subalternidad borrosa: Un poco más de debate en torno a los subalternos. MACBA, Barcelona 2009. http://www.macba.cat/PDFs/spivak_manuel_asensi_cas.pdf
Foucault Michael. Microfísica del poder. Madrid, Las Ediciones de La Piqueta, 1979.
Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel Volumen 3. México: Ediciones Era, 2000.
Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel Volumen 6. México: Ediciones Era, 2000.
Spivak Gayatri Chakravorty, entrevista realizada por Manuel Asensi. Recuperada de http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/Gayatri_Chakravorty.htm, junio 2015.
Gayatri Chakravorty Spivak, ¿Puede hablar el sujeto subalterno? Bogota: Revista Colombiana de Antropología, vol. 39, enero-diciembre, 2003.
1Gayatri Chakravorty Spivak, ¿Puede hablar el sujeto subalterno? Bogota: Revista Colombiana de Antropología, vol. 39, enero-diciembre, 2003.
2Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel Volumen 3. México: Ediciones Era, 2000.
3Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel Volumen 6. México: Ediciones Era, 2000.
4Gramsci, Antonio. Cuadernos de la cárcel Volumen 6. México: Ediciones Era, 2000.
5Michael Foucault. Microfísica del poder. Madrid, Las Ediciones de La Piqueta, 1979.
6 Manuel Asensi Pérez. La subalternidad borrosa: Un poco más de debate en torno a los subalternos. MACBA, Barcelona 2009. http://www.macba.cat/PDFs/spivak_manuel_asensi_cas.pdf
7Ibid, pag.79.
8Ibid, pag.79.
9Gayatri Chakravorty Spivak, ¿Puede hablar el sujeto subalterno? Bogota: Revista Colombiana de Antropología, vol. 39, enero-diciembre, 2003.
10Hanna Arendt, La condición humana, Buenos Aires: Paidos 2003.
11Hanna Arendt, Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental y Reflexiones sobre la Revolución húngara. Madrid: Ediciones Encuentro, 2007.
12Entrevista a Gayatri Chakravorty Spivak por Manuel Asensi, recuperada de http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/Gayatri_Chakravorty.htm, junio 2015.